Tras un viaje largo, tedioso en ocasiones, con el mar embravecido, meneado el ferry como si fuera un cascarón, y a la llegada paseo cuesta arriba, para llegar a la atalaya donde esta el polideportivo con la piscina de CN Caballa, calados por la lluvia. Empezamos nuestra reunión habitual antes de los partidos para comentar la estrategia y el tipo de juego que íbamos a llevar a cabo. Salimos del vestuario muy motivados e hicimos un gran calentamiento.
Desde el pitido inicial el partido se decantó, propiciado por la pareja arbitral, a favor de los locales a los que dejaban jugar con tranquilidad obviando las pequeñas faltas en el transcurso del juego, eso sí a nosotros no nos fueron pasadas por alto ni una sola vez. Ejemplo de esto son las primeras 6 faltas (inexistentes) en ataque que nos pitan en los primeros minutos, rompiendo nuestra concentración.
No me voy a extender contando el recital entero porque tampoco quiero dar mucho protagonismo a la "parejita de blanco" y porque con un solo cabreo he tenido suficiente.
Solamente 3 datos del partido
UNO Expulsión de nuestro entrenador tras amonestación con tarjeta amarilla, y finalmente roja antes del último cuarto, por protestar decisiones arbitrales más que cuestionables.
DOS Al final del partido detectamos poca gana de celebración de la victoria del equipo rival y su cuerpo técnico, lo que es un indicativo de una victoria impuesta.
TRES Amonestación con dos faltas técnicas al duo arbitral por parte del puntuador enviado por la RFEN, imagino que por la pericia en el arbitraje demostrada por ambos.(No hay más que mirar el acta del partido)
Aún así acabamos el partido con un meritorio que no merecido, 14-13, que jugando contra quince no está mal y nos indica que seguimos siendo una piña y que nos estamos dejando la piel en cada encuentro, por lo que salgo con la cabeza muy alta de la piscina y contento del trabajo realizado.
Mi reflexión final es que este tipo de arbitraje casero y trasnochado, cutre y mezquino, menoscaba el esfuerzo de unos deportista que dan todo en los entrenamientos durante la semana, con la ilusión puesta en el partido de fin de semana, esta ilusión como vemos queda por los suelos cuando tropiezas con pésimos profesionales del arbitraje.
¡AÚPA MOSCARDÓ!